La intervención del arte pop consistía en sacar imágenes u objetos populares de su contexto habitual para así, al aislarlas o combinarlas con otros elementos, lograr resaltar o iluminar algún aspecto banal o kitsch, o destacar algún sentido o rasgo cultural concreto.
En este sentido, el arte pop podía también considerarse un síntoma de la sociedad de la época, caracterizada por el consumismo, el materialismo, el culto a la imagen y a la moda.
De allí que la ironía y la sátira de sus intervenciones artísticas fueran utilizadas como instrumento de crítica y cuestionamiento de los valores y las ideas arraigadas en la sociedad de consumo.